¿Sabías que oficios tan característicos en Guadalajara como el de salinero o resinero han estado a punto de desaparecer?, ¿Sabías que el turismo puede ser clave para que no se pierdan?
La llegada de la industrialización en el SXIX ayudó a automatizar los procesos de producción e hizo que oficios artesanos como: lagareros, boticarios, lecheros o maestros canteros fueran demasiado lentos y costosos y terminaran por sustituirse por técnicas o máquinas más modernas.
Por ejemplo, en 1567 la Alcarria producía aceite de fama mundial. Es entonces cuando los lagareros se ganaban la vida en el molino aceitero que Catalina Martínez de Fresneda tenía «en el arrabal de San Roque a extramuros de la ciudad de Guadalajara» donde podías encontrar varios molinos aceiteros en aquella época.
Por otro lado, en SXIII ya existían registros de la explotación de las salinas de Guadalajara, una de las joyas más desconocidas de la provincia. Aquí surge el oficio de salinero, y a raíz de la privatización en el SXIX de las salinas, entre otras cosas, empezó a disminuir su producción reduciendo el empleo de manera drástica.
Sin hablar del oficio de Resinero, prácticamente desaparecido por la globalización, la comercialización de un petróleo barato en los años 80 y el éxodo rural a las grandes ciudades que gracias a ser una alternativa sostenible al petróleo está resurgiendo en las áreas rurales de la provincia.
los gancheros del alto tajo
Se acerca el último fin de semana de agosto donde se celebra la Fiesta de los Gancheros, catalogada como Bien de Interés Cultural con categoría de Bien Inmaterial y Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Este oficio ya desaparecido, era muy arriesgado por las condiciones climatológicas y las crecidas del río, consistía en transportar la madera (previamente preparada) por el Alto Tajo, dirigiendo los troncos sueltos a través de río, hasta llegar a Aranjuez. Trabajo temporal y nómada cuya temporada iba desde primavera a final de verano.
Los gancheros recibían su nombre por la herramienta que usaban en forma de pértiga con un gancho en su extremidad y había toda una estructura alrededor de ellos como: el encargado del rio, el Maestro o Jefe del rio, el líder de toda la expedición, los mayorales, los cuadrilleros, guisanderos, roperos, rancheros y broceros.
A finales de los años 40, el desarrollo del transporte por carretera reemplaza a los gancheros influyendo directamente en su desaparición. Empieza a transmitirse de forma oral de padres a hijos y surge la tradición de hacer homenaje a aquellos antepasados que desarrollaron este oficio. Es la antesala de la festividad que se celebra en los próximos días.
Este evento atrae a muchos vecinos y turistas y se celebra de forma mancomunada. Cada año un pueblo distinto se encarga de la celebración de la fiesta. Se ha convertido en una seña de identidad creando sentimiento de pertenencia de una comunidad, que pone en valor el folklore y el territorio del Parque Natural del Alto Tajo.
el antiguo arte de la cestería
No nos podemos olvidar de la cestería, una artesanía que fue traspasada de abuelas a madres y éstas a su vez a sus hijas. Era una artesanía popular, de "andar por casa" de la que no existen a penas textos escritos y la razón por la cuál este arte se está perdiendo hoy en día. La gente mayor que tiene conocimientos sobre este oficio va muriendo y no existe o existe muy poco relevo generacional. Además las copias a muy bajo coste devalúan el valor de la cestería siendo muy difícil competir en el mercado con grandes superficies.
¿qué puede hacer el turismo para que estos oficios no se pierdan?
El turismo puede ser un gran aliado a la hora de poner en valor todos esos "saberes" antiguos que bien, ya han desaparecido y los podemos recuperar a través de textos escritos o bien, por personas que aún están vivas y pueden transmitir su sabiduría de forma oral para estos oficios no se pierdan.
Cuando hacemos una visita guiada para conocer un oficio antiguo no sólo estamos conociendo el patrimonio material e inmaterial sino que estamos creando concienciación sobre la importancia de cuidar un legado muy valioso. Este tipo de patrimonio puede ser un reclamo protagonista para dar a conocer un destino turístico y complementarlo con otros servicios y actividades del lugar generando impacto positivo.
A través del dinero que invierten los/as turistas en las actividades ayudamos a la sostenibilidad económica a un proyecto fijando población en una de las áreas de España más afectadas por la despoblación.
El turismo bien gestionado es una herramienta muy transformadora a la hora de crear concienciación y sentar las bases de una educación sobre por qué cuidar la naturaleza, patrimonio y folklore que nos rodea.
¿cómo puedes ayudar tú a mantener este patrimonio?
Siempre que visitamos un destino turístico agrega mucho valor investigar sobre las actividades que podemos realizar de la mano de pequeños proyectos que nos ayuden a tener una experiencia más auténtica.
Es importante que las visitas guiadas o talleres reivindiquen los oficios artesanos del lugar especialmente si te involucran de forma activa y puedes irte a casa habiendo aprendido un poco más.
Los pequeños proyectos suelen estar involucrados en el territorio y con nuestra aportación ayudamos a crear empleo local. Además, suelen tener una red que nos ayudará a disfrutar del destino de una manera más genuina ya que nos recomendarán lugares con mucho encanto que las grandes entidades turísticas no suelen conocer.
Cuidar y respetar el entorno natural así como el folklore y patrimonio que nos estén enseñando siempre es la mejor actitud cuando visitamos un destino turístico.